Foxs Crinkles ginger

Las galletas son una debilidad para mi y siempre que veo alguna novedad la pruebo, a veces simplemente como en este caso porque son de una marca diferente a la que acostumbro a comer. Las otras galletas de gengibre que he probado (aparte de las que haya probado en el extranjero) son las que se venden en Ikea, y son digamos las típicas galletas de gengibre, que a quienes les gustan siempre saben identificar ese sabor que mezcla la jugosidad de la mantequilla y el picante y exótico sabor que aporta el gengibre. 

Pues bien, en esta ocasión, estas galletas de la marca Foxs (marca que lleva más de cien años en el mercado anglosajón), contienen un poco más de gengibre que el resto. Normalmente suelen llevar un 0,8% de gengibre, pero estas llevan un 1% (que tampoco se diferencia tanto en un principio... o eso creía yo). 

Nada más comparar ese porcentaje me decidí por estas porque quería notar un poco más la raíz de gengibre en el sabor de las galletas. Craso error, porque nada más probar la primera picaba como si le hubiese echado polvos de chili o algo parecido. 

En definitiva puedo decir que tras probar varias veces (por eso de que quizás no estaba preparado, o esperaba otra cosa), seguían sin gustarme, y para que unas galletas no me gusten tienen que ser sacadas del mismísimo infierno.

El componente calórico es similar al resto de galletas: 436 calorías por cien gramos, 75 de hidratos, 12 de grasas y 5 de proteína. Para no repetirme con estos productos: ¡Consumir con moderación!

La Kata

Como ya he explicado antes, lo primero es una sensación de picor, que no se va aunque tus glándulas salivales echen litros de saliva para apagar ese incendio que se ha declarado en tu boca. Aparte te das cuenta de que son muy duras, como piedras (que si saben bien a mi no me importa, las prefiero así a blandas).

Es decir tras comerme tres, tuve que dejarlas y comerme otra cosa, además de un vaso de zumo para quitarme el quemazón de la lengua.

Cabe decir en su defensa que mojadas con leche o lo que queramos mejoran, tanto por la dureza como por el picor, que se ve atenuado por el líquido que nos bebemos a la vez.



Lo mejor: En principio, poco podría decir a su favor, porque no me han gustado nada, pero a los amantes de las emociones fuertes, que gusten de probar cosas picantes, decididamente esta es su galleta (y ojo, que en los países anglosajones las devoran, así que también será cuestión de acostumbrar al paladar a sabores no siempre dulces).

Lo peor: Que están duras y pican demasiado, en mi experiencia no he disfrutado nada, y a mi me gusta disfrutar con la comida.





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Sobre Alexis Ashqar

Lo mejor de comer es probar cosas nuevas... y ¡que te gusten!
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