Las croquetas se pueden considerar un plato muy delicado, complicado y exigente para los comensales, al menos para mí. He aquí la prueba de fuego ante un plato precocinado. En esta ocasión el producto a katar se trata de croquetas de jamón ibérico de la marca Cordón, precisamente la encontraréis en las neveras de los centros Carrefour.
Cordón es una empresa que nació en Andalucía en 1983, y que viene dedicando su tiempo y trabajo a la elaboración de platos con el mejor de los gustos e ingredientes selectos y frescos. Una de las cosas a destacar de este producto es el indicativo de que se ha elaborado a partir de aceite de oliva, que si hacemos caso al hecho de que utilizan productos andaluces al igual que sus instalaciones se encuentran en Andalucía, estamos hablando de la elaboración de platos con la ayuda de uno de los mejores aceites... siempre y cuando sean igual de selectos a la hora de seleccionar la procedencia del aceite.
Lo que me atrajo la atención, y me tentó a probar este producto, es la presentación sugerida de la portada. El aspecto de cada pieza de croquetas es exactamente como el que recuerdo de aquellas croquetas que tanto me gustaron en determinados sitios que he visitado para comer... además, muchos pensamos que la presentación sugerida, como es evidente, no tiene por qué guardar similitud con el aspecto real... así que al "abrir" la caja, vi que en efecto tenían el mismo aspecto que la sugerida. Eso me gustó bastante, y me dio de pensar que la masa de aquellas croquetas sería tierna, suave y cremosa.
Como toda croqueta, todos sabemos que debemos freírlas con mucho cuidado, puesto que si se hacen demasiado no sólo pueden reventar e inundarse de aceite, sino que además se queman y el tostado del pan rallado enmascara un sabor que puede ser agradable. Por lo tanto estuve vigilando la freidora mientras se hacían. Yo no obstante soy de los que opinan y piensan que es mejor una sartén para freírlas, aunque en esta ocasión me aseguré de que la freidora estuviese a una temperatura media, y que las croquetas no estuviesen muy ahogadas en aceite... pero empezamos a comentar la crítica diciendo que todo fue en vano y para nada.
El resultado final en cuanto a la preparación fue bueno, algunas unidades se quemaron, pero otras quedaron muy bien (con su rebozado blanco salteado por motitas oscuras de fritura). A la hora de morderlas, la primera sensación fue algo decepcionante, puesto que esperaba que aquellas croquetas se deshicieran al perder el molde del pan rallado, la masa por dentro era densa, compacta y poco trabajada. Lo que a mí me gusta de una croqueta es que la bechamel sea de color blancuzca, al menos en aquellas cuyo componente esencial (pollo, jamón...) no decolore demasiado la mezcla, y sin embargo en las croquetas de la marca Cordón con sabor a jamón ibérico la bechamel era oscura con trocitos minúsculos que se suponen que son los tacos del jamón.
Tras probar repetidamente varias croquetas, llegué a la conclusión de que no eran más que un producto con sabor a bechamel, poco saladas, espesas y ásperas... aunque sí, eran tiernas en cuando a la hora de morderlas. Normalmente uno espera a morder un taco de jamón con los dientes mientras se mastica, pero en el caso que nos atañe no era así, y sin embargo a simple vista se aprecian estos trozos.
En conclusión, unas croquetas que en cuanto a aspecto es muy bueno, pero que en cuanto a sabor dan mucho que desear. La marca trabaja con productos y recetas de elaboración casera, pero estas croquetas tienen mucho que mejorar para que puedan superar con creces a las archiconocidas croquetas congeladas y su mala fama de ser un producto "sin sabor real".
En cuanto a sus componente energéticos, las croquetas de jamón ibérico de Cordón contienen 224 kcal por cada 100 gramos; un 25% del producto se nos presentan en hidratos de carbono, donde la cantidad perteneciente a las grasas insaturadas es pequeña; y lo destacable en este producto, no hecho hasta ahora con otros tantos presentes en Ktadores, es la presencia de almidón en un 17%.
Lo mejor: El aspecto de las croquetas es bastante similar a las que consideramos como las auténticas caseras, precio asequible, elaborado con productos de calidad y selectos, "receta artesana".
Lo peor: Dejan mucho que desear en cuanto a su textura, sabor y cremosidad.
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