El postre de hoy es el nuevo Oikos tentaciones de tarta de arándanos, que parece que ya los sabores tradicionales de limón, fresa y plátano ya no se llevan y hay que innovar en sabores que nada tiene que ver con un yogur.
El asunto es que lo de los sabores de los yogures es como una lotería, a veces saben a lo que prometen y otras no se parecen en nada (como los helados, que te ponen muchos sabores y al final la mitad saben a chocolate de toda la vida).
En este caso si es verdad que sabe a lo que promete, aunque claro está sigue siendo un yogur (si quieres una tarta de verdad o te compras esto, te compras la tarta en cuestión).
Tiene su sabor a arándanos, un poco de galleta (muy poca, que es un yogur y no una tarta como ya he dicho) y la base de yogur, que como viene siendo habitual es la mayoría del producto y está en la parte superior cubriendo el resto de ingredientes.
No está mal, aunque para gustos los colores (o sabores en este caso), yo sigo prefiriendo los yogures con sus sabores más clásicos y no tanta novedad que al final no es yogur ni es tarta, es un híbrido que no dudo que gustará a muchos pero que a mi me dejan un poco indiferente aunque sepan bien.
Los valores nutricionales como podéis ver en la imagen contienen mucha grasa y azúcar, no como los yogures 0%, pero claro si quieres darles sabor hay que pagar en algo y en este caso es eso: grasa y azúcares. es decir, un día para darte un capricho no está mal pero para diario no, para eso mejor un yogur de los de toda la vida, a poder ser blancos sin azúcar (si, aunque sepan amargos). Lo mejor: cumple con el sabor Lo peor: que a mi no me emocionan estos inventos, la cantidad de grasas y azúcares.
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