Los canelones se caracterizan por tratarse de unos pequeños cilindros en cuyo interior se guarda carne, pescado o verdura, de forma rectangular servido como plato caliente.
Poco se puede decir sobre la historia de la marca Fresno, lo que sí se puede saber es que se trata de una empresa española ubicada en Barcelona. Se trata de una marca destinada a la elaboración y distribución de productos ultracongelados con la intención de hacer más sencilla la vida de hoy a través de platos preparados. Pero como yo suelo decir cuando uno de estos productos cae en mis manos es que una cosa es la intención y otra los hechos reales.
La verdad es que me resultó un poco extraña esta pasta ultracongelada. Se trata de un plato que puede ser preparado con un horno o con un microondas, variando el tiempo de preparación entre uno u otro.
Lo primero que vemos cuando abrimos el envoltorio es una pieza congelada y rectangular con una apariencia para nada similar a algo "comestible". Mi preparación fue a través de un microondas, el cual el tiempo ha sido bastante exagerado.
Hay que esperar bastante antes de comerlo, puesto que puede quemar. Pero cuando me llevé la primera cucharada de canelones a la boca, me resultó una masa un poco insípida, con cierto regusto muy ligero de paté, con un relleno sin sabor a carne. Lo único que podemos reconocer que sea ideal es su recubierta de bechamel, algo realmente pastoso hasta su punto ideal, pero para nada se puede asimilar a un auténtico plato de canelones. La pasta que lo compone está algo dura y chiclosa, que suele resultar difícil de tragar. En resumidas cuentas, cualquier cosa diferente de esto es mejor.
Lo peor: Su sabor, su apariencia.
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